Proyecto: Eco-ladrillos
- Aleja Vega
- Nov 3, 2020
- 3 min read
Uno de los grandes problemas de la actualidad es la gran cantidad de desechos que producimos cada día que se han acumulado hasta tener que usar islas como basureros para depositar los productos que tardan mucho tiempo en descomponerse y deshacernos de ellos. Uno de los principales desechos que producimos es el plástico, que puede tardar más de 100 años en descomponerse, por lo que muchas veces, después de botarlo, este puede terminar en océanos u otros ecosistemas, en los que algunos animales pueden confundirlo con comida y morir a causa de su consumo eventualmente.
Este es un gran problema a nivel mundial, por lo que algunas fundaciones están diseñando diversas soluciones para que podamos reducir nuestro consumo de plástico, reciclarlo y reusarlo. Una de estas campañas es la de los eco-ladrillos, en la que se usan botellas de plástico llenas de envases de plástico para transformarlas en ladrillos, ya que el plástico se comprime y queda bastante fuerte reusando el plástico que usualmente botamos y ayudando a construir casas de una forma más barata y que sea asequible a más personas. Cuando en mi familia conocimos sobre este proyecto, decidimos colaborar y hacer nuestros propios eco-ladrillos.
Planeación
Junio-Agosto:
Primero decidimos buscar información en internet para guiarnos en cómo debían llenarse las botellas, ya que si no estaban bien comprimidas, no servirían como ladrillos y también sobre qué tipo de envases podíamos meter en las botellas. También averiguamos sobre el tamaño ideal de la botella, con lo que nos decidimos a usar una botella de aceite que era algo grande. Respecto a qué podíamos poner dentro, encontramos qué podíamos echar envases de plástico, bolsas de té, aluminio, objetos plásticos y aluminio. Con esto en mente, pusimos la botella en un lugar cercano a la basura para que no se nos olvidara que ahora debíamos echar las cosas ahí en vez de la basura. Con esto preparado, empezamos entre todos a llenar la botella con los envases que fuéramos utilizando.
Septiembre:
Después de algunos meses llenando las botellas, ya teníamos 3 botellas llenas y mientras llenábamos la cuarta, comenzamos a buscar a qué lugar podríamos llevarlas para que fueran posteriormente utilizadas ya como ladrillos. Encontramos un lugar que estaba afiliado con el trabajo de mis papás por lo que nos contactamos con ellos para llevar las botellas. Antes de enviarlas, debíamos asegurarnos de que todas estuvieran lo más llenas posible para que realmente sirvieran como ladrillos con la ayuda de un molinillo, para que todo quedara compacto y nos dispusimos a llevar todas las botellas.

Reflexión Final:
El mayor aprendizaje que me pude llevar de este proyecto fue la cantidad de plástico que se consume en mi casa diariamente. Entre todos aportábamos el plástico de las cosas de paquete que consumimos como galletas o dulces, más el de uso común como el de la leche o en el que viene el chocolate. De esta forma me pude dar cuenta que casi todo lo que consumimos viene envuelto en plástico, por lo que este aportaba gran parte de los desechos que se producían en nuestra casa. Con este proyecto, entre todos nos dimos cuenta de lo mucho que disminuye la cantidad de basura que producimos cuando el plástico se destina a las botellas. A partir de esto hemos empezado a comprar otro tipo de envases en varios productos como cajas de cartón para la leche en vez de bolsas plásticas. Además de ser más conscientes de todo el plástico que estábamos consumiendo y desechando, también pude aprender mucho de las alternativas que podemos darle al plástico, cuando es imposible reemplazarlo por opciones que sean más amigables con el medio ambiente. A veces en vez de ver la gran durabilidad del plástico como algo malo, podemos aprovechar sus propiedades, como en este caso para la construcción de hogares. De esta forma estamos contribuyendo a la solución de dos grandes problemas que están incluidos en los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas relacionados con la infraestructura y la vida de ecosistemas terrestres y marinos. Esto me ayuda a reafirmar que incluso durante una pandemia, en la que no podemos salir a ningún lado, aún podemos encontrar formas de ayudar al medioambiente y hacer servicio a la comunidad, aplicando la creatividad.
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