10/05/2019
Aprovechando un día en el que no teníamos clases, decidí ofrecerme para ir a hacer una actividad con niños de preescolar en un colegio en la localidad de Usme. Con esta actividad, quería ayudar con el estrés que pueden tener los profesores y enseñarle a los niños manualidades creativas que pueden hacer con solo periódico.
Planeación:
Tenía ganas de realizar una actividad de este estilo desde hacer rato por lo que ya sabía cual era la actividad que realizar. Ésta se trata de utilizar hojas de periódico para hacer sombreros japoneses llamados "Kabuto" en origami, que pudieran utilizar después. Entonces, lo primero que hice fue alistar los materiales que iba a utilizar que eran periódico y cinta solamente. Tenía que tener bien claro el número de niños que había en la clase para que no me faltaran hojas, además de considerar de que éstas se podrían romper en el proceso, por lo que alisté 10 más del número de niños que me comentaron que había. Después, hice un kabuto yo misma para asegurarme que recordaba todos los pasos correctamente, además podría utilizarlo como modelo. Finalmente alisté todas las cosas que necesitaría llevar, de forma que no ocuparan mucho espacio, ya que el viaje sería en bus y podría demorarme hasta 3 horas en llegar.
Al otro día, cuando llegué lo primero que hice fue pensar de qué manera podría arreglar el salón para poder explicar y ayudar a todos los niños que lo requirieran. Antes de comenzar me aseguré de haber hablado previamente con los niños y conocer sus nombres para poder ayudarlos e interactuar de forma más amena con ellos. Finalmente, les pasé el material necesario a cada uno y fui explicándoles paso por paso cómo fabricar el sombrero deteniéndome cada cierto tiempo para asegurarme de que todos estuvieran en el mismo paso y no se quedaran atrás.
Reflexión final:
Esta ha sido una de las experiencias más bonitas que he realizado durante el programa. A pesar de que la interacción con varios niños al tiempo puede ser un poco complicada y no todos querrán realizar la actividad, cuando vas hablando con ellos y ganando su confianza te das cuenta de que cada vez tienen más disposición para hacer la actividad y al final salen contentos al ver el resultado. Una de las mejores partes de esto fue poder ver, cuando sus papás venían a recogerlos, como les mostraban el resultado de lo que habían hecho de forma orgullosa. También aprendí que es muy importante conocer a los niños de antemano, ya que así pude saber cual era la mejor forma de acercarme a cada uno y motivarlo a participar.
Siento que este tipo de actividades son muy importantes en niños de corta edad, sobretodo en esta localidad, en la que muchos viven en situaciones de pobreza o violencia. Cuando estuve en el colegio me dijeron que hay muchos niños que dejan de asistir al colegio sin tener realmente el conocimiento de porqué, o que no tienen a ninguno de sus padres cerca, por lo que aprender a divertirse de forma sana y creativa los puede motivar en futuras ocasiones y ser una fuente de relajación para ellos.
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